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Efectos nocivos del ruido

Ahora veamos los efectos que ha tenido y van a tener en nuestro organismo esta rutina de ruidos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el nuevo límite planteado para evitar efectos nocivos para la salud como consecuencia del ruido son los 65 dB, y es que, el límite de nuestro oído está en los 80 dB, momento a partir del cual sufriría daños. Según Francisco M. González Martín, Presidente de la Comisión de Audiología de la SEORL (Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial) “a partir de los 80dB se produce un ‘trauma acústico’ (esos famosos pitidos que escuchamos por la noche tras haber estado demasiado cerca de un altavoz o por habernos sometido a un ruido muy fuerte (explosión, disparo, ruido de máquina), una lesión de los mecanismos auditivos del oído interno que genera una pérdida progresiva de la audición irreparable y de continuar así, podemos llegar a quedarnos sordos, necesitando una prótesis auditiva”.

Los otorrinos alertan de una pérdida de audición cada vez más prematura debido a la contaminación acústica que soportamos. “La pérdida auditiva debido a la edad que ocurría hace años a los 60-65 años se ha adelantado a los 50-55 en este momento”, explica Francisco M. González Martín, Presidente de la Comisión de Audiología de la SEORL (Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial).

La OMS asegura que el exceso de ruido en las ciudades provoca 50.000 infartos cada año en Europa

Y ya no hablamos sólo de la salud de nuestros oídos, según la Organización Mundial de Salud (OMS), el ruido del interior de un vagón de metro o el de una calle con tráfico intenso nos producen molestias, agitación de la respiración, aceleración del pulso y taquicardias, además de un aumento de la presión arterial y dolor de cabeza. De hecho, en un reciente estudio, la OMS asegura que el exceso de ruido en las ciudades provoca 50.000 infartoscada año en Europa.

Pero esto no es todo, muchas veces nos tenemos que enfrentar a ruidos más penetrantes (la sirena o el claxon de un coche, la música de una discoteca, el martillo pilón de una obra o el ruido de un petardo que estalla cerca nuestro) y estos más de 85 dB serían los causantes de secreción gástrica, gastritis o colitis; aumento del colesterol y de los triglicéridos (lo que puede aumentar el riesgo cardiovascular), así como de la subida de los niveles de glucosa en la sangre, lo que puede ocasionar graves problemas en los diabéticos.

Si no quieres irte tan lejos piensa en lo nervioso que te pones con esos ruidos, la agresividad que acumulas, el aumento de la tensión muscular y de la presión arterial, el nerviosismo o la dificultad que tienes para conciliar el sueño. Ahora piensa la cantidad de veces que te enfrentas a estos ruidos a diario y cómo estás maltratando tu salud.

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